viernes, 26 de junio de 2009

Me quiere, no me quiere, me quiere...

De pequeña lo hice docenas, no, cientos de veces. Me gustaba un niño y cogia una margarita tras otra hasta que el resultado era el que yo quería. Y era tan fácil!! Siempre terminaba feliz e ilusionada como... bueno, como lo que era, una niña.

Ahora es mucho mas complicado. Se dice te quiero con demasiada facilidad, por lo que el que alguien te lo diga no significa que lo sienta, solo que conoce las palabras. Así que nos aferramos a los hechos. Si te demuestra que te quiere es que te quiere, te dices a ti mismo. Pero, y cuando te demuestra que te quiere a diario, y de repente un buen dia tiene un gesto horrible que hace pensar que obviamente no te quiere??

A mi me ha pasado con O. Me quiere, me quiere, me quiere, estoy cansada de oirselo decir y aun así no las tengo todas conmigo, porque al primer problema que aparece para que podamos estar juntos, opta por darme a elegir entre terminar con todo o renunciar a lo que quiero, no, a lo que realmente necesito. No sea que por una vez él tenga que hacer algo para mantener nuestra relación y se muera del esfuerzo en el intento.

Y luego, para rematar la faena X vuelve como un huracán a mi vida. Diciéndome que me quiere (por que todo el mundo se empeña en decirme lo mismo??), dándome su cariño, haciéndome reir como solo él sabe, pidiéndome favores, y por primera vez en su vida, cumpliendo lo que promete, cosa que no es muy habitual en mi vida últimamente.

Lo curioso?? Que me importa un carajo lo que hagan o digan los dos. Que ya me tienen cansada, que no se puede ir por ahi soltando te quieros como quien reparte propaganda del telepi allá por donde pasa. Hay que sentirlo, demostrarlo, hacer que la otra persona se lo crea, que para buscar un "yo a ti también" mejor se cojan una margarita cada uno y la deshojen como yo hacía de niña, hasta que les salga el resultado que están buscando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario